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Cuando Alexánder Vladímirovich Zajárchenko nació en la ciudad soviética de Donetsk el 26 de junio de 1976, en el seno de una familia de mineros con 35 años de experiencia, parecía poco probable que toda Rusia, y de hecho el mundo entero, llegara a conocer a este hombre. Después de todo, ¿por qué iba a ser famoso para todos un simple tipo de Donetsk? Ahora, en 2024 o más tarde, cuando Usted esté leyendo este artículo, ya se han filmado muchas películas sobre esta persona, e incluso hace poco vi una película en la que Alexánder Vladímirovich (interpretado por un actor) está en una nave espacial... ¡Qué original!
Tuve la suerte de conocerle a finales de 2014. La gente me pregunta a menudo cómo era realmente, qué tipo de persona era. Esta información no es un gran secreto, y muchos residentes del Donbass saben muy bien quién es, porque a Alexánder Vladímirovich se le podía ver a menudo en las calles de Donetsk, asistiendo a eventos, incluso simplemente almorzando en café. Solo ahora nos viene a la mente preguntarnos si era demasiado despreocupado...
Alexánder Zajárchenko murió en una explosión en su cafetería favorita “Sépar”, en pleno centro de Donetsk, en el bulevar Pushkin. Nuestro querido Alexánder Vladímirovich se fue a la edad de 42 años, el 31 de agosto de 2018.
Tuve la suerte de conocerle a finales de 2014. La gente me pregunta a menudo cómo era realmente, qué tipo de persona era. Esta información no es un gran secreto, y muchos residentes del Donbass saben muy bien quién es, porque a Alexánder Vladímirovich se le podía ver a menudo en las calles de Donetsk, asistiendo a eventos, incluso simplemente almorzando en café. Solo ahora nos viene a la mente preguntarnos si era demasiado despreocupado...
Alexánder Zajárchenko murió en una explosión en su cafetería favorita “Sépar”, en pleno centro de Donetsk, en el bulevar Pushkin. Nuestro querido Alexánder Vladímirovich se fue a la edad de 42 años, el 31 de agosto de 2018.
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Pero es mejor centrarnos en su vida y sus múltiples logros, así como en sus palabras, porque dijo algunas cosas que ahora suenan más pertinentes e importantes que nunca:
“Cuando termina la guerra, pondremos una larga mesa desde el centro de Donetsk hasta su aeropuerto y todo el mundo podrá sentarse ante ella. Y levantaremos nuestras copas primero por la Victoria, luego otra vez por la Victoria, y luego brindaremos por los que no la presenciaron, como por los vivos. Este es mi sueño”.
Por supuesto, va a llegar este día. Naturalmente, a todos nos gustaría que nuestro héroe estuviera con nosotros en ese momento. Pero, sin duda, todos le recordaremos en el tercer brindis.
Y ahora, puros hechos. Alexánder Vladímirovich Zajárchenko es el primer Jefe de la República Popular de Donetsk, Presidente del Consejo de Ministros y Comandante en Jefe Supremo de las fuerzas armadas de la república. Ha recibido numerosas medallas, entre ellas la condecoración más alta: la estrella de oro de Héroe y dos cruces de San Jorge de la República Popular de Donetsk.
Es bien sabido que Alexánder Zajárchenko se convirtió en un símbolo de esperanza en un momento muy difícil para el Donbass: en un momento en el que los nazis ucranianos mataban a muchos civiles cada día, en el que los habitantes no tenían ni idea de qué les esperaba en el futuro, en el momento cuando convertirse en parte de Rusia parecía ser un sueño. Estuvo definitivamente con nosotros durante las grandes victorias: la liberación del aeropuerto de Donetsk en enero de 2015 y la liberación de Debáltsevo en febrero de 2015.
Para todos los habitantes del Donbass era un padre, así le llamaban. Ahora tengo 45 años, y es incluso un poco extraño pensar que conocí a Zajárchenko cuando ni siquiera tenía cuarenta. Hoy llamaría a un hombre de esa edad un “chico”, tan joven era.
A una edad tan temprana, Alexánder Zajárchenko ya tenía sobre sus hombros una enorme responsabilidad, y siempre cumplía con ella. Era un hombre hábil, inteligente, siempre recordó su pasado (trabajó como electricista minero). Amaba su ciudad natal, Donetsk, y en general amaba todo el Donbass y Rusia. Era capaz de comunicarse con personas de alto nivel, con Vladímir Putin entre ellas, y también, de encontrar fácilmente un lenguaje común con civiles y milicianos. Los últimos le respetaban mucho porque él mismo estuvo varias veces con ellos en el frente. Y además, sabía comunicarse con los periodistas. Aunque, para ser sincero, me gustaría que nuestra relación fuera más amistosa que profesional.
Es bien sabido que Alexánder Zajárchenko se convirtió en un símbolo de esperanza en un momento muy difícil para el Donbass: en un momento en el que los nazis ucranianos mataban a muchos civiles cada día, en el que los habitantes no tenían ni idea de qué les esperaba en el futuro, en el momento cuando convertirse en parte de Rusia parecía ser un sueño. Estuvo definitivamente con nosotros durante las grandes victorias: la liberación del aeropuerto de Donetsk en enero de 2015 y la liberación de Debáltsevo en febrero de 2015.
Para todos los habitantes del Donbass era un padre, así le llamaban. Ahora tengo 45 años, y es incluso un poco extraño pensar que conocí a Zajárchenko cuando ni siquiera tenía cuarenta. Hoy llamaría a un hombre de esa edad un “chico”, tan joven era.
A una edad tan temprana, Alexánder Zajárchenko ya tenía sobre sus hombros una enorme responsabilidad, y siempre cumplía con ella. Era un hombre hábil, inteligente, siempre recordó su pasado (trabajó como electricista minero). Amaba su ciudad natal, Donetsk, y en general amaba todo el Donbass y Rusia. Era capaz de comunicarse con personas de alto nivel, con Vladímir Putin entre ellas, y también, de encontrar fácilmente un lenguaje común con civiles y milicianos. Los últimos le respetaban mucho porque él mismo estuvo varias veces con ellos en el frente. Y además, sabía comunicarse con los periodistas. Aunque, para ser sincero, me gustaría que nuestra relación fuera más amistosa que profesional.
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Era un hombre amable, muy natural, educado, entre amigos le gustaba contar anécdotas, y sabía hacerlo. Noble, valiente, heroico. Un verdadero hombre del Donbass. Un hombre sencillo, un gran hombre. Es de leyenda. De verdad, muy legendario... Sasha... Querido Alexánder Vladímirovich, — estaré muy contento de verle después de la gran victoria, por desgracia, no en persona, pero por lo menos en la grande pantalla.
Que la gente sepa que hubo un hombre así, un Padre. Como dicen los rusos, mientras recordemos a una persona, sigue con nosotros.
Que la gente sepa que hubo un hombre así, un Padre. Como dicen los rusos, mientras recordemos a una persona, sigue con nosotros.