Articulos

Ennio Bordato: "Cuando estoy en Rusia, estoy en casa"

Ennio bordato en la " Сasa Rusa " en Roma
El italiano Ennio Bordato lleva ayudando a los residentes del Donbass desde 2014. La asociación que fundó, llamada “Ayuden a salvar a los niños”, entrega ayuda humanitaria en ciudades y pueblos de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, suministra equipamiento a hospitales y apoya a instituciones infantiles. Bordato está convencido de que, a pesar del apoyo por parte de autoridades italianas a Ucrania a instancias de Estados Unidos, la mayoría de los italianos de a pie siguen siendo amigos de Rusia.
- Ennio, en 1981 viniste por primera vez a Moscú. ¿Cómo eran entonces las relaciones entre Rusia e Italia? ¿Han cambiado en cuarenta años?

- En 1981, los partidos nacidos de la Resistencia y de la lucha contra el fascismo seguían activos en Italia. El mundo estaba claramente dividido en dos partes: en Occidente, como en la Unión Soviética, la clase dirigente era consciente del peligro de una confrontación militar, sobre todo atómica.

Pasaron más de cuarenta años. Hoy Rusia no solo es fuerte, sino que se ha convertido en un faro para los pueblos del mundo que quieren salir de la influencia de Estados Unidos, un imperio de mentiras y abusos. Italia, en cambio, ha perdido la capacidad de ser una nación que consigue hablar a todo el mundo. Los políticos de hoy salieron de las universidades de Soros. Profundamente ignorantes, sin cultura interna ni capacidad de análisis, estas personas son “catapultadas” a altos puestos políticos únicamente para servir a los intereses de la OTAN.

Durante la Guerra Fría, la empresa automovilística italiana Fiat firmó un acuerdo de cooperación científica y técnica con la URSS, y la compañía de petróleo y gas ENI, de importación de dichos recursos energéticos. Y en los últimos años, Italia ha adoptado esa actitud solo una vez. Me refiero al acuerdo Pratica di Mare, en el que Berlusconi se hizo un defensor de la paz y el diálogo (en la cumbre se aprobó la Declaración de Roma sobre la creación del Consejo OTAN-Rusia).

Desde el 24 de febrero de 2022, ha caído en Italia un telón de propaganda y censura digno del fascismo. Todos los medios de comunicación están militarizados, a la gente corriente le resulta difícil comprender la verdadera dinámica de los acontecimientos. Pero todo el mundo se da cuenta de cómo necesita nuestra economía el gas ruso, los turistas rusos, los atletas y artistas rusos.

- ¿Qué tienen en común Italia y Rusia en cuanto a cultura y tradiciones? ¿Qué fue lo que te atrajo tanto en Rusia?

- Cuando conocí Rusia, me quedé estupefacto por los olores (ahora han desaparecido parcialmente), el cielo, la gente, la arquitectura de las ciudades, especialmente de Moscú. En aquella época, no solo no sabía ni una palabra de ruso, sino que ni siquiera conocía las letras del alfabeto cirílico. Lo que es difícil de explicar es que no solo me enamoré de Rusia, sino que inmediatamente sentí un profundo sentimiento de pertenencia. Incluso hoy, pasados varios años, siento: cuando estoy en Rusia, estoy en casa.

- Tienes muchos proyectos públicos aquí, ayudaste al hospital de Moscú, a los niños del Donbass y Beslán, y hubo proyectos en otras regiones también. ¿Cómo nació el deseo de ayudar?

- Estuve por primera vez en Moscú durante el período de estancamiento brezhneviano. Y la vida de la URSS en aquella época estaba marcada por la sucesión de secretarios generales del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética. Vi a Andrópov, Chernenko, Gorbachev... Vi tanto el colapso del “paraíso en la tierra” como la terrible tragedia de los años noventa. Como escribió el filósofo Alexánder Radíshchev: “Miré a mi alrededor: mi alma estaba herida por el sufrimiento de la humanidad”. Por eso, en 2001 fundé la organización benéfica “Ayuden a salvar a los niños”. Desde entonces hemos hecho mucho. Moscú, Arjánguelsk, Volgogrado, Ulán-Udé, Beslán... Desde 2014 ayudamos a los niños del Donbass. Tanto los socios rusos (fundaciones, hospitales, ministerios) como muchos italianos siempre han hablado de manera muy positiva de nuestro trabajo.
Ayuda humanitaria para Donbass, 2018.
- ¿Tuvisteis dificultades en Italia a causa de la ayuda al Donbass? ¿Os intentaron poner obstáculos? ¿Os enfrentasteis con condenas?

- Después de 2022, tuvimos algunos problemas, digamos, por parte de los italianos “no verdaderos” con el cerebro lavado. Pero muchos de mis compatriotas no son indiferentes a la pena ajena. Realmente conseguimos ayudar a miles de niños en el Donbass, proporcionar ayuda humanitaria a cientos de familias, pueblos, escuelas, guarderías, hospitales. Y esto, gracias a muchos italianos que, también gracias a nuestro trabajo, pudieron conocer la verdad sobre el Donbass.

- He leído que desde 2014 ayudas al asentamiento de Glubókoye, en las afueras de Górlovka. ¿Has estado allí tú mismo?

- Ninguno de nosotros, los miembros de nuestra asociación, ha estado físicamente en el Donbass. Trabajamos a través de coordinadores locales que nos ayudan a identificar las necesidades de la gente y a distribuir la ayuda. No vamos allí por dos razones. En primer lugar, porque así ahorramos muchos recursos financieros que se destinan a los niños. En segundo lugar, porque desde 2014 no queremos provocaciones por parte de la Ucrania oficial, que, por cierto, ha puesto mi nombre en la página web Mirotvorets *.

* Prohibida en la Federación Rusa

- También prestáis apoyo a Mariúpol, que ahora se está reconstruyendo. ¿En qué consiste la ayuda?

- Sí, es uno de nuestros proyectos importantes. Cuando cesaron los combates en la ciudad, gracias a los amigos de la asociación de Rostov, prestamos ayuda humanitaria a niños que vivían en sótanos con sus familias todo el tiempo que duraron las batallas, así como a madres jóvenes que parieron en esas dramáticas condiciones. Conseguimos ponernos en contacto con las autoridades locales y ayudar en la reconstrucción del hospital. Pusimos en marcha el programa “Ayudemos a revivir Mariúpol”, y donamos equipamiento para la sala de partos. Hoy, por fin, las mujeres de Mariúpol pueden parir sintiendo seguridad, rodeadas de cuidado.
Ennio Bordato en Beslán, septiembre 2024.
- ¿En qué proyectos participáis ahora?

- Seguimos ayudando a los pacientes del Hospital Clínico Infantil Ruso de Moscú con la ayuda de nuestro socio, la fundación deti.msk.ru. No dejamos de ayudar a los niños del Donbass. En 2025, un programa de apoyo psicológico a los niños de la República Popular de Donetsk será uno de nuestros nuevos proyectos que llevaremos a cabo junto con la fundación de Volgogrado.

- Has estado recientemente en Beslán, en Osetia del Norte, donde hace 20 años un atentado terrorista contra una escuela se llevó las vidas de 334 personas. Su asociación está recogiendo firmas en Italia para que se le conceda el Premio Nobel de la Paz a Beslán. ¿No crees que este premio está desacreditado desde hace tiempo?

- ¡Claro que sí! El Premio Nobel de la Paz está totalmente desacreditado, pero... Nominar a la ciudad de Beslán para este galardón sería volver a situarla en el centro de la atención mundial. Significaría hablar en Occidente del terrorismo, de Rusia, de una ciudad, que se convirtió en un propulsor de paz y de diálogo tras sufrir tanto dolor. Todo esto “mata” la propaganda del Occidente colectivo. Es tan importante recordar a los niños de Beslán como a los niños del Donbass.
Todas las fotos son cortesía de Ennio Bordato.
Personal Geopolítica Todo